jueves, 18 de febrero de 2010

¿Lunáticos?

Esto ya es cuento viejo, pero vale la pena hacer mención de ello por lo ridículo o fascinante que pueda parecer.

Resulta que desde hace ya un buen tiempo es posible adquirir parcelas o lotes completos en la luna. Sí, así como suena: Si a usted le interesa comprarse un pedacito de tierra en nuestro satélite (para ser ocupado quién sabrá cuando) lo puede hacer si cuenta con el dinero suficiente, como ya lo han hecho mas de 3 millones de personas alrededor de 80 países, entre particulares, estrellas de Hollywood, corporaciones y cadenas de hoteles prestigiosos.

Pero, ¿Cómo llegó esto a ser posible? La venta de lotes lunares es una realidad desde que Dennis Hope, un norteamericano oportunista, registró a su nombre el satélite en el año de 1980. Esto lo hizo luego de percatarse de que el Tratado de Espacio Exterior estableciera que ninguna Nación podría adjudicarse de ningún recurso celeste (incluyendo la luna, claro está) por tratarse de patrimonio común de la humanidad, pero no hacía referencia a personas particulares. Increíblemente, Hope posee la luna y demás cuerpos del sistema solar, vendiendo a la fecha miles de lotes, haciéndose propietario de una gran fortuna gracias a esto.

¿Difícil de creer? Compruébelo usted mismo adquiriendo ya su lote en la embajada lunar. Hope también vende derechos para establecer sedes de su embajada lunar en diversos sitios del planeta. Crazy Shop en Israel y Moon Estates en Inglaterra son ejemplos de estas. Aunque existen también empresas falsas que comercializan parcelas sin el permiso de la embajada lunar.

¿Cómico no? curioso e incluso puede resultar ofensivo. Lo cierto es que la legalidad de todo este negocio parece tener sus bases, pero no tan sólidas. Es probable que en el futuro se presenten pleitos legales cuando las Naciones Unidas intenten anular la propiedad privada en el espacio exterior.

P.D. 1: No es la primera vez que alguien se adjudica la luna. En 1953, el chileno Jenaro Gajardo Vera también había registrado el satélite a su nombre dejándolo, al morir, a su pueblo chileno.

P.D. 2: Al comprar su terreno no olvide reclamar su certificado y mapa fotográfico del terreno que ha comprado.